Concierto y desconcierto...

19 julio 2005

¡Por fín!


Por fín.

Tras todo un año lleno de trabajo, de grandes y pequeños esfuerzos, de emociones positivas y negativas, de actividades, de situaciones de todo tipo, llegan las vacaciones. He tenido momentos duros, momentos excelentes, he tomado grandes decisiones, he conocido a gente maravillosa, y el tiempo ha pasado volando.

Ya siento el cosquilleo de los nervios del día de antes, ya estoy como loco preparando lo que me tengo que llevar (-que no se me olvide nada-) y tengo mis guias "lonely planet" preparadas para que me enseñen el nuevo mundo que vamos a visitar.

Mañana me voy de vacaciones, mañana cojo el vuelo y... Bye, bye! estaré fuera durante más de dos semanas. ¡La costa oeste me espera!

Por fín.

12 julio 2005

Tutti Gli Zeri Del Mondo


Preciosa canción de Renato Zero, en la que pienso a veces. Una canción dedicada a todos los ceros del mundo. Hay pocas así.

Y pienso en esos ceros, en esas personas, en sus vidas, en sus sensaciones. Pienso en los que son distintos, en los que piensan distinto, en aquellos que se salen de la norma, en los que se esconden, en los que no son capaces de comunicarse, en los tímidos, en los que a veces son excluídos por no ser como los demás, en los que viven de manera distinta, en los que no tienen a quien amar, en los que no tienen quien les ame. En quien no tiene éxito profesional, ni personal, ni es popular, ni tiene chispa. En los que se quedan solos, en los que están solos. En los que lloran en silencio, en los que quieren dar y no se les permite. En los que son tratados como bichos raros.

Pienso en esas flores que hay en medio de los pinchos.

Pienso en todos esos que alguna vez hemos sido.

Y no sé cómo actuar.

06 julio 2005

Generosidad

El final de la semana pasada y el principio de ésta he estado viajando. El lunes por la noche iba a estar solo en una ciudad casi extraña para mí, en la que casualmente había unas personas a las que me apetecía conocer en directo (pues ya las conocía en este mundo blogger...) así que hice una proposición decente y quedamos. Vinieron a buscarme dos gemelos (¿bueno y malo? ¿malo y bueno?) y una trilliza (¿...?), y me llevaron al centro.

Y me supo a poco, la verdad. Aún me hubiera tomado otra copa, pese a que al día siguiente me tenía que levantar tempranísimo y por la tarde volver a Madrid. Al principio la sensación fue extraña porque yo en el fondo era un extraño para ellos, pero poco a poco empezamos a hablar de mil cosas. Pedimos la cena (he descubierto que allí hay "pan tinto") y acompañados de la comida y de un poco de vino poco a poco fuimos aportando datos de nosotros mismos. Las conversaciones saltaban de un lado para otro (casi no las terminábamos), hicimos preguntas, nos contamos el origen de algunas cosas, hablamos de todo y de nada, del pasado, del futuro, de la familia, de alegrías, de tristezas... La verdad es que fue muy interesante.

Pero para mí lo mejor de todo fue seguir descubriendo que hay personas fantásticas por el mundo, personas con buena voluntad, con buen corazón, personas generosas a las que no les importa dedicar parte de su tiempo a los demás, a mí.

Muchas gracias por esa noche de lunes, espero veros pronto por Madrid...

01 julio 2005

Tres días y dos noches

Tres días y dos noches fuera de casa porque estaba cansado tras unas semanas maratonianas y necesitaba desconectar. Tres días y dos noches en la playa disfrutando (o no) de momentos. Tres días y dos noches para sentir que estás contigo mismo, y para sentir que no quieres sentirlo solo. Tres días y dos noches para estar solo rodeado de gente, para estar acompañado mientras estás solo, para fundirte en la masa y ser uno más o para sentirte fuera de lugar en todos sitios y sentirte distinto del resto de la humanidad. Tres días y dos noches para no hablar con nadie, para comer y cenar solo, para pasear y conducir, para estar tumbado en la playa mirando al mar, mirando al cielo, mirando a la gente o intentando dormir. Tres días y dos noches en que se siente la frialdad de las personas, en que se ve que somos muchos los que estamos solos, y sin embargo no nos hablamos y seguimos (y continuamos, y terminamos) solos, a la vez que también se ve que hay muchos que están acompañados, que hablan y que no hablan, que toman el sol, que juegan en la arena con sus hijos, que ríen o que están sentados con un café mirando a la vida pasar ante sus ojos, o a las vidas de otros pasar ante sus ojos. Tres días y dos noches en que he desconectado y me ha venido bien, en que pretendía descansar y no lo he logrado, en que quería estar solo y me ha pesado la soledad, y a la vez no me ha pesado la soledad porque quería estar solo. Tres días y dos noches que concluyeron sin pena ni gloria, tres días y dos noches en que no se cumplió lo que yo esperaba pese a que me fui sin expectativas, en los que esperaba reencontrarme un poco mejor conmigo mismo y sentirme mejor y no lo conseguí. Tres días y dos noches muy raros, demasiado raros.