Pobres diablos
Pobres diablos cuyas almas y espíritus no tienen el coraje de liberarse de las garras que los sujetan.
Os agarran de las manos desde historias que ya fueron y no son. Sí, os agarran de las manos y vosotros lo permitís y no os soltáis. Vosotros no hacéis nada, no tenéis suficiente valor.
Pobres diablos que estáis en las tinieblas. Queréis arrastrar hacia la oscuridad a las manos que se os ofrecen para sacaros de ahí. Sembráis noche, y noche recogéis. Habéis escogido vivir en la penumbra, en un ambiente húmedo y asfixiante, en medio de un aire viciado que ahoga y atonta. Es vuestra elección.
Pobres diablos que no queréis mirar a la luz. No queréis. Os iluminan pero preferís girar la cara hacia la podredumbre conocida, preferís sumergiros en esa descomposición que os envuelve y os atrapa. No dais pasos hacia adelante, os quedáis quietos hundiéndoos lentamente.
Pobres diablos que habéis decidido hipotecar el presente y no vivir.
No sabéis lo que os perdéis.